La auditoría interna es una de los ejes principales del gobierno corporativo, junto con el consejo directivo, la alta dirección y la auditoría externa. La auditoría interna es una valiosa ayuda para los miembros del comité de auditoría ya que permite un aseguramiento del objetivo de los procesos de gobierno, gestión de riesgos y control. Para lograr la eficacia en sus actividades, la auditoría interna, debe contar con recursos adecuados, personal calificado y seguir el enfoque de reconocimiento internacional, dado por el Instituto de Auditores Internos (The Institute of Internal Auditors - IIA) y el Marco para la Práctica Profesional (MPP) que comprende las Normas Internacionales para el Ejercicio Profesional de la Auditoría Interna, el Código de Ética y los Consejos para la Práctica Profesional.
Los miembros del comité de auditoría deben cumplir un rol activo apoyando la independencia de la auditoría interna y asegurando de que esta cuente con los recursos necesarios que le permitan proporcionar un adecuado nivel y calidad de información.
El propósito, la autoridad y la responsabilidad de la actividad de auditoría interna deben estar formalmente definidos en un estatuto, de conformidad con las Normas, y estar aprobado por el comité de auditoría de la organización.
Una actividad de auditoría interna eficaz actúa como un servicio de aseguramiento y consultoría independiente y objetivo, concebido para agregar valor y mejorar las operaciones de una organización.
Ayuda a la organización a cumplir sus objetivos, aportando un enfoque sistemático y disciplinado para evaluar y mejorar la eficacia de los procesos de gestión de riesgos, control y gobierno.
La actividad del auditor interno debe ser independiente, y objetivos en el cumplimiento de su trabajo. Además, todos los trabajos deben realizarse con pericia y con el debido cuidado profesional.
Al actuar con integridad, los auditores internos establecen confianza y proporcionan la base para confiar en su criterio profesional. Los auditores internos desempeñan su trabajo con honestidad, observando la ley, a la vez que contribuyen a los objetivos legítimos y éticos de la organización.
Los auditores internos respetan el valor y la propiedad de la información que reciben y no divulgan información sin la apropiada autorización, a menos que haya una obligación legal o profesional para hacerlo. Los auditores internos deben utilizar la información con prudencia y no para su beneficio personal.
“Si cada uno de nosotros da un paso adelante para garantizar que se reconozca, se valore y se confíe en la auditoría interna, lograremos realzar nuestro sentimiento de logro profesional propio y contribuiremos al avance de la profesión”.—Patricia Miller