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domingo, 13 de marzo de 2011

Decálogo de la prevención de Fraude en las Organizaciones

Aun antes de que los recientes escándalos ocurridos en las grandes corporaciones norteamericanas se hicieran noticia, el fenómeno del fraude ha sido reconocido como uno de los mayores enemigos de los inversionistas.

Descontando los fabulosos cálculos de pérdidas en Enron, WorldCom y otras, la Asociación Estadounidense de Investigadores de Fraude estima que las empresas norteamericanas perdieron en el año 2002 la astronómica suma de 600 mil millones de dólares, debido al fraude interno y externo.

Pero no es momento para entrar en pánico. Mas bien, es tiempo de adoptar ciertas reglas básicas para proteger a nuestras organizaciones de este mal que nos aqueja a todos.

1. El talante ético de la organización debe ser inculcado desde la cima

Cada empresa necesita un código escrito de conducta, que refleje su ética y valores. Pero no debe convertirse en letra muerta. La más alta instancia administrativa debe abanderar su adopción a todos los niveles, y demostrar su compromiso con el mismo. Como cualquier otro aspecto de la cultura corporativa, se debe comunicar claramente al personal lo que espera de ellos en términos de ética, asegurándose que comprendan, acepten y apliquen los principios adoptados.

2. Establezca procedimientos regulares de detección de fraude.

Los procedimientos regulares de auditoría, específicamente designados para detectar fraude son una herramienta valiosa. Su sola existencia sirve para desalentar los intentos de algunos empleados. La práctica diaria demuestra la importancia de contar con un sistema de auditoría interno fuerte, enfocado a la detección del fraude.

3. Disponga de una línea directa de comunicación.

Una línea directa, confidencial, operada 24 horas los siete días de la semana, es una excelente opción para recibir denuncias sobre sospechas de fraude. La mayoría de las informaciones que se reciben en estas líneas permiten descubrir situaciones de fraude en proceso. Bien sea telefónica, electrónica o por carta, debe garantizar el anonimato del informante, si éste así lo desea.

4. Informe y eduque a su personal acerca del fraude.

La permanente educación del personal acerca de las características del fraude, les permite estar alertas a sus diversas manifestaciones. Olvide sus temores de “estarles enseñando a robar”. La información oportuna y actual, combinada con el adecuado énfasis en los valores y la ética corporativa, les permite a los empleados honestos estar en alerta. Enseñe a sus empleados cómo reportar actividades sospechosas.

5. Incluya en su personal de planta a investigadores expertos.

La detección e investigación de fraudes no es una tarea fácil. En la mayoría de los casos, se requiere del apoyo de personal capacitado y experto.

Si su decisión es no tener en nómina a este tipo de funcionarios, recurra a firmas o personas de reconocida trayectoria, tanto para capacitar a su personal en las más modernas técnicas de detección, como para apoyo en investigaciones internas.

6. Involucre a sus proveedores y clientes en su lucha contra el fraude.

Para prevenir efectivamente el fraude en su organización, debe mirarse más allá del propio personal. Vendedores, proveedores y clientes pueden convertirse en formidables aliados, si se les convence de la importancia de combatir el fraude. Ofrezca a todos los componentes de su empresa extendida, la posibilidad de acceder a su línea directa de comunicación, para que estos puedan comunicar de manera anónima sus sospechas e inquietudes. Los funcionarios honestos de sus proveedores y clientes deben estar informados de los métodos de defraudación más conocidos, además de tener acceso a información sobre conductas deshonestas en torno a su empresa, como sobornos o comisiones ilegales.

7. Investigue la totalidad de informes y avisos que reciba.

Una vez recibida información sobre un posible fraude, resulta fundamental ponerla en conocimiento de las personas adecuadas dentro o fuera de la organización, para efectos de investigar.

Así, cada aviso queda documentado, se procede en consecuencia y se toman las acciones correspondientes.

El error más común que se comete al investigar denuncias anónimas es perder tiempo tratando de identificar la fuente, en lugar de verificar la información recibida. En la práctica, poco importa quién suministra la información, lo realmente importante es que resulte cierta y ayude a descubrir un fraude.

8. Determine con anticipación a quién se le informará acerca de las denuncias recibidas.

De todas las formas de manejar denuncias anónimas, sin duda la mejor es obtener su confirmación por dos medios independientes.

Por ejemplo, denuncias por fraude en horas extras deberán ser enviados al área de Recursos Humanos y al área de Producción. Las de fraude por vendedores deberán enviarse a las áreas de Auditoría y Comercial, etc.

9. Revise de manera permanente sus procedimientos de vinculación de personal.

El mejor momento para evitar relacionarse con un delincuente es la etapa de selección de personal. Revise los procedimientos, asegúrese de hacer las preguntas adecuadas respecto al pasado laboral y judicial de los candidatos, y por sobre todo, verifique cada documento que el aspirante aporte. Nunca de por sentado que un diploma voluminoso o certificado escrito en idioma extranjero tiene que ser auténtico. Tómese su tiempo y asegúrese de escoger lo mejor de lo que el mercado laboral tiene para ofrecer, tanto desde el punto de vista profesional como ético. Si el candidato tiene algo en su pasado que lamentar, lo mejor es conocerlo antes de su vinculación y actuar en consecuencia.

10. Consiga el apoyo directo de la Junta Directiva.

El fraude es uno de los riesgos más mal administrados en las organizaciones, lo cual las expone a grandes pérdidas económicas y de reputación.

Idealmente, un miembro de la Junta Directiva debería actuar como ¨padrino¨ en el programa de evaluación del riesgo de fraude en la organización, liderando posteriormente la implementación de la estrategia adecuada para administrar dicho riesgo.

La Junta Directiva en pleno debería ser informada regularmente sobre el avance de este programa, para asegurarse que se cumpla adecuadamente.

Todo el personal de dirección, confianza y manejo debe hacerse explícita y personalmente responsable, no de manera general, por administrar el riesgo de fraude en su área de influencia dentro de la Organización.

Siguiendo estas simples recomendaciones, se mejora de manera sustancial el grado de impermeabilidad y resistencia de una empresa frente al fenómeno del fraude. En el desafiante mundo empresarial de hoy, ello equivale a muchos millones en utilidades salvadas. Pero, más importante aun, la dirección de la empresa encontrará que esta manera de encarar el problema del fraude ayuda a crear el ambiente ético adecuado, enviando un claro mensaje a empleados, proveedores, clientes y propietarios de la Organización.

Alejandro H. Morales T.

ASR Ajustadores de Seguros Ltda

asr@une.net.coEsta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla .

Medellín – Colombia

Del Autor: Alejandro Morales es Contador Público de la Universidad de Medellín. Especialista en Análisis de Riesgos Administrativos y de Fraude.


lunes, 30 de agosto de 2010

LOS ÚLTIMAS NOVEDADES SOBRE LOS FRAUDES SEGÚN LA ASOCIACION DE EXAMINADORES CERTIFICADOS DE FRAUDE – ACFE

La Asociación de Examinadores Certificados de Fraude, ACFE (Association of Certified Fraud Examiners) publicó recientemente el Reporte a las Naciones de las cifras y hallazgos definitivas sobre los fraudes en las organizaciones y el perjuicio económico que causa este flagelo.

Algunos alcances sobre el estudio realizado:

Se estiman que las organizaciones típicas pierden un 5% de sus ingresos anuales debido a los fraudes. Aplicado al Producto Bruto Mundial durante el periodo 2009, se estima de una cifra que se traduce en una pérdida potencial de más de 2,9 trillones de dólares. Es claro notar que el porcentaje con respecto al Reporte a la Nación del año 2008 al bajar del 7 al 5% (solo considerado los Estados unidos), no es motivo de satisfacción ya que el montó se incrementó de 994 billones a 2.9 trillones de dólares.

La pérdida por los casos de fraude ocupacional en este estudio fue de US$ 160.000. Casi una cuarta parte de las pérdidas de los fraudes que participan involucró pérdidas de al menos $ 1 millón de dólares.

Detectar los fraudes tomó un promedio de 18 meses antes de ser detectado.

La apropiación indebida de los activos fue la forma más común de los fraudes representando el 90% de los casos, a pesar de que algunos eran costosos, causando una pérdida de 135.000 dólares.

El fraude en los estados financieros llego al extremo opuesto, solo representando el menos 5% de los fraudes, pero causando una pérdida de más de $ 4 millones, lejos de la categoría más costosa; estos hechos de corrupción se encuentran en la mitad de los casos, causando una pérdida de 250.000 dólares.

El fraudes ocupacional tiene la mayor probabilidad de ser detectados a través de “tips” que por cualquier otro medio. Este tipo de hallazgo ha sido constante desde el año 2002 cuando se comenzó a rastrear datos sobre los métodos de detección de fraude. Los tips son el resultado de llamadas anónimas, e-mails u otra clase de comunicación dando a conocer algo ilícito que está pasando en la compañía.

Las organizaciones pequeñas son desmedidamente víctimas de fraude laboral, porque carecen de controles contra los fraudes, mientras que las organizaciones de mayor tamaño son vulnerables a los fraude por artimañas que son diseñados por los mismos ejecutivos y trabajadores.

Los Empleados y ejecutivos de alto nivel fueron los responsables de causar el mayor daño a sus organizaciones. Fraudes hechos por los mismos dueños y ejecutivos son tres veces más caras que los fraudes cometidos por los gerentes y más de nueve veces cometidos por los empleados. Los fraudes del nivel ejecutivo fueron los más difíciles y que llevaron mucho mayor tiempo en su detección.

Los controles internos de lucha contra el fraude parece que están ayudando a reducir el costo y la duración de los fraudes laborales. Las organizaciones que tenían buenos controles basados en mejores prácticas empresariales rebajaron las pérdidas significativamente y redujeron el tiempo de detección del fraude con respecto a aquellas organizaciones que carecen de controles.

Según el estudio las organizaciones más afectadas de los fraudes de manera periódica fueron las empresas de bancas, servicios financieros y las instituciones de la administración pública.

El lado más positivo de este estudio es para los contadores forenses y examinadores certificados en la detección de fraudes corporativos.

http://www.fraudawareness.org/

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