A menudo sufrimos infortunios o experimentamos dificultades en la vida. Uno no es experto especialista en enfermedades, en conflictos de pareja, o de trabajo, o de familia, o en cualquier cosa que nos haya sucedido.
Es pues un desafío el que se nos presenta, debemos aprender sobre las características de cada situación, de cada circunstancia que se nos presenta en la vida.
Saberse inútil o impotente, o incapaz de llevar bien la vida de uno, es una verdad incómoda. Supone lo que en psicología cognitiva se denomina una disonancia cognitiva enorme, un reto. Es su desafío más importante en la vida; aceptar de uno mismo los errores, sin culpa, sin vergüenza, sin crítica, sin juzgar.
¿Qué hacemos ante una certeza incómoda? Las excusas son una fuente de información muy útil. Señalan los juegos del inconsciente para atarlo a la situación actual. Cuentan cuál es la dinámica tóxica que envenena nuestra vida, las carencias y necesidades, las motivaciones o motor interno.
Las ventajas de las excusas
1 Permiten no tomar el control de su vida. "La responsabilidad o la culpa de esto que me pasa la tienen otros"; "yo no puedo hacer nada"; "estoy atado de pies y manos".
2 Permiten no afrontar resultados desastrosos, errores propios.
3 El ego queda a salvo de críticas, de ser juzgado.
4 Victimismo. "Ay, pobre de mí". Ya aparecerá un buen samaritano que hará las cosas por ti.
5 Con excusas se cede el control a otros de verdad. Quedando en sus manipuladoras e interesadas manos; está expuesto a sus necesidades, motivos y bajo su "tutoría".
6 Ausentarse de los problemas, no afrontarlos. "Yo no puedo con eso". "Me supera".
7 Atribución externa. Echarle la culpa de nuestros males a otros, al mundo, a la vida, al mas allá y al mas acá.
8El hijo que no quiere crecer. Es como si siempre fuéramos hijos, niños que no quieren crecer, y superarse, madurar. Esto está genial a los 13, pero a los 43, ya no tanto.
El circulo vicioso
De esta forma no sabemos encontrar las soluciones perfectas o simplemente buenas en nuestra vida y nos instalamos en nuestro prado esquilmado de esperanza, felicidad, prosperidad, plagado de vicios psicológicos y desdicha.
Nadie nace sabiendo. Nadie lo sabe todo, eso es verdad, Pero también es cierto que cuando estamos ofuscados por un infortunio, por la presión del momento, basta con calmar la mente, aquietar las angustias, disponer de un rato para sí mismo.
¿Cómo salir del círculo vicioso?
No saber dar soluciones a nuestros problemas no es como para sentir culpa, ni para responsabilizar a otro. Lo que suele suceder es que quedan por ahí, molestando e impidiendo nuestra felicidad. Aunque en realidad solo es una etapa. Con ayuda, con apoyo y con valor superaremos este periodo.
Fuente: ILADE
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