"Es bueno tener esperanza, pero es mejor que tengas un plan", explica Chris Gardner, quien asegura que no solo encontró la felicidad, sino que la acogió siguiendo sus lecciones de vida.
¿En qué momento y bajo qué contexto tomó la iniciativa de finalizar con la cadena de perdición que lo antecedía?
Cuando era un tipo joven decidí que todo lo que fuera hacer con mi vida iba a ser de clase mundial. Solo tenía que encontrar ese algo que me encendiera'. Recuerdo la primera vez que entré a una sala de operaciones de Wall Street. Los teléfonos estaban sonando como locos, el teletipo estaba rodando, la gente estaba gritando órdenes, cuerpos volaban por todas partes, y supe que ahí es donde yo debería estar. No fue "creo que puedo hacer eso", no fue "me gustaría probarlo", sino "aquí es donde yo debería estar".
Fue entonces cuando supe que si enfocaba en este plan y solo en este plan, podía terminar con la cadena de destrucción. Para 1987, ya era dueño de mi propia comisionista de bolsa.
¿Se puede repensar el capitalismo y la inequidad que genera, de la cual usted fue víctima antes de volverse rico?
Creo en el poder del capital humano más que en la riqueza del capital. Creo en el poder de la gente que es capaz de lograr cosas que nadie más los ve haciendo. Creo en la belleza que puede ser creada en este mundo si podemos motivar más capital humano. Tienes que estar haciendo algo que en realidad te apasiona y no puede ser 'quiero hacer dinero'. Esto es lo que hago, esto es lo que soy. Este es el tipo de capital en el que creo.
¿Cree que todo lo que ha sucedido en su vida ha sido predestinado?
No. Creo en lo que me gusta llamar 'genética espiritual', eso que te conforma, el tú que no tiene nada que ver con anatomía, biología, química o física.
Hay una escuela filosófica que dice que todos somos producto de nuestros entornos. De acuerdo con esa escuela, yo debí haberme convertido alcohólico, iletrado, maltratador de esposas, abusador de niños, perdedor y un montón de gente habría dicho, "Bueno, miren de dónde viene, nunca tuvo opción! Bueno, yo sí tuve una opción. Vi la luz en mi madre y otros con quienes no compartía ni una gota sangre, y lo aproveché! Elegí mi destino.
En Colombia la película que se hizo sobre su vida es muy conocida ¿Qué opina sobre esa historia? ¿Refleja lo que usted es?
Sí, todos los días. Lo compartí con Will (Smith) y lo comparto contigo, que algunas de las preguntas más duras que he tenido que contestar han sido aquellas que me hice mientras bañaba a mi hijo en el baño de la estación de tren. Preguntas obvias como "¿por qué pasó esto?, ¿por qué pasó aquello?, ¿qué va a pasar después?" Pero la pregunta más dura y brutal que tuve que hacerme fue "¿cómo llegué aquí?" La respuesta fue aún más brutal. La respuesta fue "yo me conduje hasta aquí". Y había algo de empoderamiento en decir que yo me conduje hasta aquí. ¡No puedes cambiar algo hasta que te lo apropias! ¡Yo me conduje hasta aquí! Y lo que era tan empoderador y liberador en decir 'yo me conduje hasta aquí' era el simple hecho que, si yo me conduje hasta aquí, ¡entonces puedes puedo conducirme afuera de aquí! Y desde entonces me he estado conduciendo afuera de allí.
¿Me podría decir qué debe tener una persona para ser buen líder?
En mi último libro, 'Start where you are', escribo sobre la esperanza. Nadie en este planeta aprecia la esperanza más que yo. ¿Pero sabes qué? La esperanza no es suficiente. Es bueno tener esperanza, pero es mejor que tengas un plan. He hablado sobre esto en mi último libro, es algo que yo llamo el complejo C-5. Tu plan tiene que ser claro, conciso, convincente y tienes que ser consistente y estar comprometido con él. La gente me habla sobre la esperanza todo el tiempo y yo les hago la misma pregunta. "¿Cuál es el valor nutricional de la esperanza?" Necesitas un plan. Y cuando estás haciendo algo que en verdad te apasiona, no hay un Plan B.
¿Se nace con el liderazgo o se puede aprender?
Creo que se aprende a ser líder. Los científicos pueden tomar una hebra de tu cabello, una gota de tu sangre, una porción de tu piel, o un poco de tu saliva y ponerla bajo un microscopio y eso les dirá un montón de cosas sobre ti, tu edad, tu sexo, raza, color de ojos, o cualquier predisposición hacia dolencias o enfermedades, por nombrar algunas. Pero no hay nada que un científico pueda poner bajo un microscopio que les pueda decir por qué tú te convertiste en quien eres como un hombre o una mujer. ¡La tecnología para eso no existe! Es totalmente espiritual. No una cuestión del ADN, es algo espiritual.
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