“Pensad que hasta para ser dichoso hay que acostumbrase.” André Chenier
¿A qué te acostumbraste en la vida?
¿Estás cansado de fracasar en las relaciones?
¿Te gustaría cambiar?
¿Qué cosas te gustaría cambiar en tu vida?
Es probable que hayas leído esta reflexión “Nos Acostumbramos”, vale la pena volver a leerla y obtener así una nueva mirada:
Nos acostumbramos a vivir en nuestra casa y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.
Y como estamos acostumbrados a no tener vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera.
Y como no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas.
Y porque no abrimos completamente las cortinas, luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.
Nos acostumbramos…
A despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos retrasados.
A comer un sándwich porque no da tiempo para comer a gusto.
A salir del trabajo porque ya es la tarde.
A cenar rápido y dormir con el estómago pesado, sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos…
A esperar el día entero y oír en el teléfono: -hoy no puedo ir.
A sonreír para las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el trabajo está duro, nos consolamos pensando en el fin de semana. Y peor aún, hacemos pesado nuestro trabajo, y a los demás, viviendo en las críticas destructivas y en la siembra de la discordia hablando negatividad y todavía sin argumento alguno.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, vamos a dormir temprano y nos acostumbramos a quedar satisfechos porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida que, de poco a poquito, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo: La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja.
No nos acostumbremos y vivamos la vida al máximo!!!
Aplicando esto a la vida diaria: ¿A cuántas cosas nos acostumbramos y creemos que no pueden ser de otra manera? ¿A cuántas cosas nos acostumbramos y dejamos de insistir en el cambio?
Muchas personas le tienen miedo al cambio, están acostumbrados a que siempre se ha hecho así, así lo hacia mi abuela, viven por las tradiciones, costumbres o ritos y otros se han acostumbrado a la religiosidad y no están experimentando la Gracia de Dios. Se han acostumbrado a una vida monótona, triste y aburrida, donde no hay risas, felicidad y lo que alcanzan a ver es soledad, tristeza, deudas, enfermedades, engaños, mentiras, falsedades, sus pensamientos son de depresión, sus temores son gigantes y algunos piensan en el suicidio como la vía de escape o hasta le ruegan a Dios para que se los lleve al cielo. Eso es cobardía, el problema externo rara vez es el verdadero problema. El problema es que todos tenemos miedo y miedo a cambiar. Recuerda lo que Pablo dice en Romanos 12: 2 “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (NVI).
Esa es la clave para cambiar, renovando nuestra mente, esa renovación viene cuando meditamos en la Palabra de Dios, cuando tenemos tiempo con Dios y cuando comenzamos a incorporar hábitos, principios y herramientas a nuestra vida. Dios es inmutable, El no cambia en su amor y en su fidelidad. El cada día renueva sus misericordias hacia nosotros y lo hace a medida que nosotros incorporamos la Palabra en nuestra mente y en nuestros corazones, y la ponemos en práctica.
Si eres de los que piensas que puedes ganar o ahorrar tiempo, te tengo una noticia. El tiempo no se puede atrapar, mucho menos almacenar. Nuestra existencia transcurre a gran velocidad, pero mientras tengamos vida, tenemos la oportunidad de cambiar nuestros hábitos, de tener una mejor calidad de existencia, de aprovechar y disfrutar cada respiro y cada latido de nuestro corazón.
Deja ya de poner límites en tu vida que lo que hacen es estancarte, saca el automático de todas aquellas cosas a las que hoy estás acostumbrado. Comienza a superar cada uno de los obstáculos que te detienen de alcanzar tu potencial. Es tiempo de cambiar, de elevarse.
Sólo podemos cambiar aquellos mundos que podemos observar.
¿Qué estás observando en tu vida?
En el coaching se dice que nunca podemos decir cómo las cosas son realmente, sólo podemos decir como nosotros las interpretamos o consideramos. Mi interpretación de la vida abre o cierra determinadas posibilidades u oportunidades. Podemos construir una vida mejor a partir de una historia que nos contamos sobre nosotros mismos. ¿Cuál es la historia que hoy te gustaría contar de tu vida?
Hoy es el mejor día para dejar de acostumbrarte a esas cosas que no te gustan, que no te edifiquen y que no sacan lo mejor de ti. Tu naciste para ser un ganador(a). Deja ya de acostumbrarte a perder.
¿Te gustaría ir más allá en la búsqueda del resultado extraordinario? Entonces es tiempo de buscar un coach para que te ayude. Me encantaría leer tus comentarios.
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Coach Personal
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