Resultado: La mitad de la clase durmiendo, ¿o no?
Los académicos hablan de los rasgos y características que un gran líder debe tener y no estamos en desacuerdo con esa lista: visión, pasión, inspiración, dedicación, imparcialidad y responsabilidad. Obviamente son factores importantísimos en la formación de un líder, pero asumámoslo: nadie pone 100% atención en sus clases y tomar nota de una lista de aptitudes no te hará ponerlas en práctica tampoco.
Inspirar a un equipo es un gran consejo, tener visión y ser responsable es fundamental, pero ¿cómo implementas todo eso?
Puedes tener la teoría necesaria, pero si no la practicas y no pasas por situaciones adversas, será lo mismo que nada, ya que ahí es cuando se aprende a ser un buen líder.
Los datos van y vienen, pero los sentimientos duran para siempre
Los hechos y las cifras son importantes. Explicar la lógica y el razonamiento detrás de una decisión puede ayudar a crear una venta y compromiso. Gráficos, rankings, tablas, resultados, etc., son muy útiles… y rápidamente olvidables.
Sin embargo, hacer sentir estúpido a un trabajador o avergonzarlo en frente de otras personas, es algo que nunca olvidará. Si hace un comentario en una reunión y le respondes sarcásticamente, todos se reirán, pero él no. Puedes pedir disculpas luego, pero el daño moral ya estará hecho.
Gasta el doble de tiempo pensando en cómo se sentirá el resto si dices lo que quieres decir. Corregir un error de datos es fácil, pero recuperar el daño que causaste, intencionalmente o no, y recuperar el autoestima del trabajador afectado, será imposible.
Las grandes ideas nunca surgen en las presentaciones
Las presentaciones son una gran herramienta para compartir información compleja y detallada, pero son una vía terrible de compartir grandes ideas.
Pedirles a tus trabajadores que "armen algo" si se te acercan con una buena idea es simplemente matarla. Datos, técnicas de análisis, conclusiones, etc. Es completamente inservible e implica tirar tiempo a la basura. Las buenas ideas se resumen en una o dos oraciones. Escucha a tu equipo y ellos te querrán y respetarán, porque los tomas en cuenta como corresponde y en el momento correcto, en vez de mandarlos a hacer una disertación digna de secundaria.
El "castigo del voluntario" mata el flujo de grandes ideas
Tus mejores trabajadores tienden a tener las mejores ideas. Es natural asignarles responsabilidades por ser los gestores de la idea. Además, si esa persona es un buen trabajador, es natural que quieras darle esa responsabilidad, porque así te aseguras que el trabajo se hará bien.
Por supuesto, ellos ya están trabajando duro y darles más responsabilidades cada vez que tienen una idea, naturalmente parará el flujo de ideas.
A veces, algunos recibirán bien las responsabilidades extra, pero otros no. Antes de asignarle algo a alguien, pregunta si está de acuerdo o no. Lo último que quieres es perder la productividad de esa persona o que simplemente deje de darte buenas ideas, porque lo sobrecargas de trabajo.
Compartir siempre sólo lo positivo resulta negativo
Al compartir con tu equipo una decisión importante, obviamente describes todo lo positivo que esto traerá. Sacas los pompones y comienzas a animarlos. Mientras tú haces eso, instintivamente, tus trabajadores también buscarán lo negativo.
Nunca debes dejar de lado los "contra" y habla abiertamente acerca de ellos, sobre todo si es que afectan directamente al equipo. Así, todos estarán al tanto de lo mejor y lo peor que podría pasar.
Cuando hablas libremente de todo lo bueno y también de lo malo, tu equipo no sólo te respeta más, sino que trabajan mejor y más para tratar de mantener alejados los riesgos.
Los datos son exactos, pero las personas tienen razón
Eres inteligente, tienes talento, eres educado. Los análisis de datos son tus mejores amigos y a veces ellos te conducirán a una conclusión específica, cuando en verdad deberías tomar una decisión diferente.
Si tus datos, por ejemplo, indican que deberías hacer una rotación de turnos para aumentar la productividad de tu empresa, no significa que eso es lo que deberías hacer. Claro, puede que al cambiar todo el esquema que tienes, funcione tanto en el papel, como en la práctica.
Sin embargo, estarás cambiando no sólo el horario de trabajo de las personas bajo tu mando, sino además sus ritmos de vida, tiempo libre y familiar.
Siempre habrá más de una alternativa para mejorar las cosas a nivel de empresa, pero lo que no puedes pasar por alto, es el factor humano. Las decisiones se deberían tomar en base a algo más que el análisis y la lógica, ya que serán desarrolladas por personas; no máquinas.
El liderazgo debería ser manejado por los datos, pero un gran liderazgo generalmente es muy subjetivo e incluso algo desordenado.
Si tu equipo no está de acuerdo contigo, pregúntales por qué, pero no para defender tu posición, sino para aprender.
Tú sabes de cosas que ellos no, así como ellos saben cosas que tú no. Aprende que ser un buen líder no significa ser el jefe pedante de las películas; significa ser un miembro más del equipo con habilidades de llevarlo al éxito.